El presidente de estaca es el líder laico de la estaca, es decir, que no recibe formación académica religiosa formal ni recibe remuneración por su servicio. La estaca es una subdivisión geográfica similar a una diócesis católica. El presidente de estaca es un hombre a quien se le ha pedido servir como voluntario en esa posición. Él supervisa los programas de la Iglesia en una zona geográfica definida, conformada por congregaciones llamadas barrios, y es responsable de ayudar a los miembros de la estaca en su empeño por seguir a Jesucristo. También supervisa las actividades de los obispos y los líderes de barrio, asesorándoles según las necesidades.
Dos consejeros y un grupo de doce hombres, llamado sumo consejo, ayudan al presidente de estaca. Estos líderes tienen gran autonomía local para tomar decisiones con respecto a los miembros de la estaca. Por lo general, el presidente de estaca presta servicio por un período de nueve años.