Las congregaciones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días están organizadas geográficamente, y sus miembros asisten a los servicios de adoración cerca de su casa. Todo miembro pertenece a una estaca, que es comparable a una diócesis católica. El líder de la estaca es el presidente de estaca.
La palabra estaca proviene de la imagen de una tienda del Antiguo Testamento, en la cual la “tienda”, o la Iglesia, es sostenida por estacas de apoyo (véase Isaías 54:2).
Cada estaca está compuesta de varias congregaciones más pequeñas llamadas barrios o ramas. Usualmente de cinco a doce barrios y ramas conforman una estaca. En regiones donde la Iglesia es nueva, los miembros están organizados en distritos en lugar de estacas.
Los miembros de las estacas son quienes aportan el tiempo y el esfuerzo necesarios para dirigirlas y atender las necesidades de los miembros. Los líderes locales les piden a la mayoría de los miembros que colaboren en funciones específicas, y los deberes que realizan son administrativos, didácticos o de servicio. Se van cambiando esas responsabilidades de acuerdo con las necesidades de la congregación.