• La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días brinda socorro y realiza proyectos de desarrollo con fines humanitarios en muchos países alrededor del mundo. Los proyectos se realizan sin tener en cuenta la nacionalidad o la religión de los beneficiarios.
• El servicio humanitario puede incluir la atención de emergencia en caso de desastres naturales, como un terremoto o un maremoto, o desastres generados por el hombre, como los efectos de la guerra y la hambruna. Puede ser también parte de una labor a largo plazo con el fin de satisfacer necesidades humanas más establecidas y graves, como aliviar enfermedades.
• A las pocas horas de un desastre, la Iglesia trabaja con funcionarios del gobierno local para determinar qué artículos y alimentos se necesitan. Entonces se envían los insumos a la región inmediatamente.
• Una vez que se hayan satisfecho las necesidades urgentes, la Iglesia busca maneras adicionales de ayudar con las necesidades a largo plazo de la comunidad. El enfoque de la Iglesia es ayudar a las personas a llegar a ser autosuficientes mediante la capacitación y la provisión de recursos para una vida sustentable.
• Las donaciones, principalmente de los miembros de la Iglesia pero también de personas alrededor del mundo, se utilizan para hacer posible los proyectos de ayuda humanitaria. El cien por ciento de las donaciones dadas a los servicios humanitarios de la Iglesia se utilizan para la labor de ayuda. La Iglesia emplea otros fondos para pagar todos los gastos administrativos.
• La organización de servicios humanitarios de la Iglesia patrocina cinco proyectos globales continuos para ayudar a las personas a ser más autosuficientes. Los proyectos incluyen capacitación en reanimación cardiopulmonar neonatal, proyectos de agua potable, entrega de sillas de ruedas, tratamientos oculares y vacunación contra el sarampión.